1855 - ACUERDO DEL AYUNTAMIENTO SOBRE LA EPIDEMIA DE COLERA.

 


El veintiuno de  diciembre de 1855 aparece, publicado en el Boletín oficial de Santander, y de orden del Gobernador Civil, Félix de Aguirre, el siguiente acuerdo del Ayuntamiento, reunido el día 20 sobre la epidemia de "cólera" y diversas vicisitudes. 

Se trata de elogiar y poner de manifiesto el comportamiento y actuación de los vecinos ante esos sucesos. Por parecerme de interés reproduzco el comunicado del Gobernador y el acuerdo del Ayuntamiento que literalmente dice: 


"SANIDAD, 

El Alcalde constitucional de San Vicente de la Barquera con fecha 21 del actual me ha dirigido el acta que dice así. 

«En la Sala consistorial de la villa de San Vicente de la Barquera á 20 de Noviembre de 1855, reunidos bajo la presidencia del Sr. Alcalde, los Señores del Ayuntamiento é individuos de las Juntas de Sanidad y Beneficencia, previa convocatoria al efecto para tratar de asuntos de interés común, por uno de sus vocales se hizo la moción siguiente; que habiendo afortunadamente desaparecido de este Distrito municipal, la cruel epidemia del cólera-morbo-asiático que por espacio de mes y medio la ha afligido y que sin embargo de que 


por las tres Corporaciones, cada una en el círculo de sus atribuciones, se han tomado con la prevención y anticipación debidas, todas las medidas que creyeron conducentes, ya para evitar la invasión, ya para atenuar sus efectos si se verificase y que indudablemente han dado el resultado que era de esperar, puesto que si bien la epidemia no ha dejado de causar sensibles estragos, no han guardado estos la proporción que en otros puntos, si se atiende á que, habiendo sido 442 las personas invadidas, solo ha habido 25 defunciones de personas adultas, y 23 de niños, con la particularidad de haber recaído estas en la clase más acomodada, al paso que los invadidos en mayor parte pertenecieron á la clase proletaria, á quienes hubo que prodigárseles los auxilios necesarios que afortunadamente á ninguno le faltaron y que aun cuando la generalidad del vecindario se ha prestado al reciproco auxilio, esto no obstante hubo algunas personas que por su posición particular han tenido ocasión de poder manifestar en mayor escala su celo y actividad, y aun cuando algunas de ellas correspondan á, estas Corporaciones no por eso juzga que esto deba ser un obstáculo por más que se pudiese resentir su modestia para que en las actas se consigne una honorífica mención, como una prueba del aprecio con que han sido mirados sus servicios para que al paso que á ellas les pueda servir de galardón, estimulo á otros para en casos idénticos, si desgraciadamente llegasen á ocurrir, por lo que propone se Haga honorífica mención del Sr. Alcalde Presidente, D. Juan Velarde, pues que sin embargo de haber tenido muchos individuos de su familia de bastante peligro y alguna defunción entre ellos, se le ha visto constantemente dedicado de día y de noche á atender que á los pobres (según lo acordado por estas Corporaciones) no los fallase recurso alguno, visitándolos diferentes veces para poder cerciorarse por sí mismo de que nada les hacía falla, sin desatender por eso á las demás cosas de su cargo. Lo mismo el Sr. Juez de primera instancia D. Wenceslao de Rugama, que no solo ofreció á las Juntas su cooperación, servicios personales y pecuniarios y haber turnado en las comisiones permanentes que se establecieron por las noches para lo que pudiere ocurrir habiendo ocurrido en menos de 24 horas 2 defunciones en una casa, se presentó gustoso en la misma, á prestar auxilios á las tres personas que aún quedaban de la misma familia que estaban gravemente acometidas, y que al poco rato fallecieron, siendo tan fuerte la impresión, que le causó la presencia de tan desgarradora catástrofe, que lo afectó tan extraordinariamente, que le causó su enfermedad. Los Sres. Beneficiados, D. Juan Crisóstomo de Hoyos D. Manuel Gutiérrez Corral; y el Exclaustrado FR. Emeterio de Ruiloba que con celo, abnegación, y calidad evangélica han prestado los auxilios espirituales y muy especialmente el primero, por haberse visto solo por la indisposición que por algunos días tuvieron los otros dos. 

El Medico titular D. José Gutiérrez y Ramírez, que sin embargo de hallarse solo lo mas del tiempo, haber sido atacado y haber vuelto á recaer no dejó por eso de asistir con el esmero posible á los enfermos, visitándolos con asiduidad y abnegación, siendo muy recomendable que habiendo manifestado cuando aún no existía la epidemia en la provincia, su ánimo de dejar la plaza por no convenirle sus condiciones, y que habiendo tratado con él por este motivo de ver de mejorárselas, cuando ya precisamente en el inmediato pueblo de Comillas estaba el cólera causando horrorosos estragos, contestó con laudable desinterés que en aquellas circunstancias no admitía proposición alguna; pero que sí prometía que hasta que no desapareciesen aquellas, fuese ó no invadido el pueblo, no abandonaba su plaza, sin que por eso exigiese modificación alguna en su contrata, y que solo trataría de ello, después que el país se viese libre del cruel azote, por que él no quería sacar partido de circunstancias aflictivas. El Farmacéutico D. Matías Miguel Pastor, que no ha cesado de día ni de noche, de despachar con la mayor prontitud en su oficina, no solo para los enfermos de esta jurisdicción, sino también para los de los inmediatos Valles, sin embargo de haber estado también bastante enfermo. El ayudante de Cirujano D. Hilario Guerra, que residente en Torrelavega, fué invitado cuando aun la epidemia estaba en su período ascendente, a venir a ayudar al Médico, y se mostró gustoso á ello, y prestó bajo la dirección de aquel, con el celo y exactitud que las circunstancias requerían su asistencia á cuantos la han reclamado. El Secretario del Ayuntamiento D. Francisco del Barrio y Fernández, que sin embargo de hallarse él bastante enfermo, y de gravedad su mujer y varios miembros de la familia, no dejó de atender á lo de su cargo, llevando alta y baja de los enfermos y visitando á estos. El Profesor de Instrucción primaria D. Primitivo Ruiz Escudero, que con abnegación y celo, prestó sus servicios personales á varios atacados, asistiendo á algunos hasta sus últimos momentos, y lo mismo el Carabinero de punto en esta Villa, D. Antonio de Hoyos, que con laudable celo prestó su asistencia personal á varios enfermos, hasta sus últimos momentos; por lo que propone á las Corporaciones á quienes se dirige, que no solo se consignen en el acta estos hechos, sino, que también se recomienden al Sr. Gobernador de la provincia, los servicios de las personas que deja indicadas, é igualmente los de los Alcaldes de ordenanza y auxiliares de las Juntas de Barrios, que también han cumplido con su obligación, pues quo todo lo considera un deber de justicia. 

Tomado en consideración por los Sres. de Ayuntamiento y Juntas, lo expuesto, lo acordaron como se propone y lo firman, de que certifico y de que se remita certificación de esta acta,— Juan Velarde.-Francisco del Barrio Sánchez.-José Gutiérrez de Cabiedes.-Manuel Fernández de  Ciris.- Ramón Alvarez Faes.- Matías Miguel Pastor.-Benigno García Colombres.- Juan Angel del Corro.- Pio del Campo.- José Gutiérrez Ramírez.- Juan Crisóstomo de Hoyos.- Buenaventura Mata.- Santiago Martínez.- Francisco del Barrio Martínez.- P.S.M., Francisco del Barrio y Fernández, Secretario." 

Lo que he dispuesto se inserte en este periódico oficial para conocimiento del público y satisfacción de los interesados. Santander 29 de Noviembre de 1855.- Félix de Aguirre".


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