1927 - ACCIDENTE EN OBRAS DE LA BARRA



El dieciséis de agosto de 1927, en el diario "El Cantábrico", se publicó la siguiente noticia, correspondiente a un accidente en las obras de la barra y el fallecimiento de un vecino de Hortigal. La noticia es la siguiente:

 

"San Vicente de la Barquera, 

UN HOMBRE AHOGADO 

Un accidente del trabajo ha costado la vida de un hombre. Hacia las tres de la tarde de hoy comenzaron á correr rumores de que algo anormal había ocurrido en las obras de la barra. 

Se hablaba primero de una mujer ahogada. Poco después era un hombre la presunta víctima, para al final concretarse en un pobre obrero de los que se emplea en aquellas obras. Al mismo tiempo que se daba el nombre de la víctima, Manuel Camino, vecino del Hortigal, se conocían detalles del accidente, que, según una de las muchas versiones circulantes, la que nos parece más verosímil fué como sigue: 

Sobre las dos y media de la tarde, y poco después de haber comenzado el trabajo, hallábanse varias obreros ocupados en echar bloques de hormigón, por medio de una grúa, en lo que han de constituir los cimientos del malecón que cierra la barra del Oeste. En el momento de depositar uno de los bloques, un golpe de mar inesperado y más alto que los otros suspendió el bloque y lo elevó á tres metros de altura. Al pasar la ola y caer el bloque con sus tres toneladas de peso, la recalcada de toda la grúa debió de ser tremenda, pues se salió toda ella del pivote sobre el cual gira; simultáneamente se desvió la pluma y barrió á los tres hombres que estaban al cuidado de la maniobra, arrojándoles al mar. Uno de ellos, Florentino Cuesta, tuvo la suerte de quedar aferrado al muro en construcción, sufriendo sólo ligeras contusiones en el pecho, piernas y brazos; otro, Ángel Bengochea, cayó al agua, pero buen nadador y la poca profundidad de la misma en el sitio en que cayera, lo libraron de mayor contratiempo; finalmente, Manuel Camino, que no sabía nadar, fué arrollado por la corriente, desapareciendo de la superficie ante los ojos de sus aterrados compañeros. 

En medio del mayor azaramiento de todos, se organizó el salvamento, sin resultado, pues barrido por la corriente, fué encontrado unos veinte minutos más tarde, en el sitio llamado el Excubil, por los marineros Fernando Celis y Julián Díaz Lan, quienes lo sacaron á tierra, ayudados de un señor, cuyo nombre sentimos no haber podido averiguar, y que, resultando ser médico, prestó á la víctima los cuidados científicos propios del caso, que resultaron ineficaces. 

Deja el desgraciado obrero en el mayor desamparo cuatro hijos de corta edad, y á la viuda en vísperas de ser madre. 

La grúa causante del accidento se salió, como decimos, del pivote sobre el que gira, y á la recalcada rompió uno de los vientos que la sujeta. La hemos examinado, cuando los peritos lo hacían por orden del Juzgado, y hemos sacado la sensación de que el accidente no ha sido debido a defectos de dicha grúa ni muchísimo menos. Hemos hablado un momento con el contratista de las obras, don Jerónimo Cagigas, quien, todo consternado, nos ha manifestado que la grúa en cuestión está calculada para más de seis toneladas, y que, sin embargo, con ella no echa más que bloques de un metro cúbico de hormigón, que vendrán á tener poco más de tres toneladas. 

En el momento en que, de prisa y corriendo,  redactamos estas notas, queda el Juzgado constituido por el juez municipal en funciones de Instrucción, don Aurelio Ceballos; el secretario don Jesús Avecilla y el alguacil don Manuel Balbín. en el lugar del suceso, tomando declaración á los testigos presenciales del hecho. 

EL CORRESPONSAL 

15 de agosto de 1927."


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