1929 - LA FOLÍA (Aportaciones al estudio de la poesía popular. De Tomás Maza Solano)

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En el Boletín de la Biblioteca de Menéndez Pelayo del año 1929, aparece el siguiente trabajo, de Tomás Maza Solano, titulado “Aportaciones al estudio de la poesía popular” , que por referirse a "La Folía" y su folclore me parece muy interesante y que reproducimos a continuación: Se trata de un trabajo muy amplio sobre "La Folía", orígenes, costumbres, folclore y cantos, todo visto desde el estudio del autor a primeros del siglo XX. La obra de Tomás Maza Solano y su aportación sobre San Vicente de la Barquera es y ha sido muy importante, aunque poco conocida, ya que facilitó los trabajos del "las respuestas Generales del Catastro del Marqués de la Ensenada", censos, etc. Todos estos estudios se pueden conseguir en Internet en diferentes portales, de donde nosotros los hemos tomado.


"APORTACIONES AL ESTUDIO DE LA POESÍA POPULAR"

TEXTO LITERARIO DE LA "FOLÍA DE LA BARQUERA" Y SU RELACIÓN CON OTROS CANTARES POPULARES, EN ESPECIAL CON LA SALEA DE LLANES. 

La publicación de materiales recogidos de la tradición oral. 

Especial importancia tiene, sin duda alguna, y a las veces es de apremiante necesidad la publicación de materiales inéditos o de difícil consulta y poco conocidos que puedan servir de base y fundamento en los estudios acerca de la poesía popular, "archivo que contiene los más preciosos e importantes documentos de la historia íntima de las naciones" (1), como afirmaba don Agustín Durán, a quien tanto debe la crítica histórica de la literatura española. 

Pero cuando esos documentos o materiales viven únicamente, aunque con savia y frescor de primavera, en la tradición oral del pueblo y no en las páginas de un códice o viejo cancionero, crece ciertamente la necesidad de recogerlos y darlos a las prensas para que no perezcan y se pierdan entre la balumba de modernas innovaciones. 

No pocas veces la pobreza o desconocimiento de la producción poética popular, por falta de tales materiales recogidos directamente de la tradición oral, nos pueden llevar a afirmaciones y teorías poco o nada fundamentadas y que por eso merezcan rectificación, lo mismo si se trata del valor estético de la poesía popular o de su versificación y si se estudia su elaboración y el sentido o carácter tradicional a través de variantes y refundiciones, que cuando el crítico o historiador de nuestra literatura intenta, al hacer el estudio de cancioneros y cartapacios literarios o demás colecciones poéticas, señalar las---

(1) Colección de Sainetes... de don Ramón de la Cruz, con un discurso preliminar de don Agustín Durán... (Tomo I, Madrid, 1843, pág. I). 

relaciones y enlace, las analogías y diferencias entre las manifestaciones poéticas populares y las que proceden de la mentalidad artística de un autor determinado. 

En el estudio sobre "La primitiva poesía lírica española" afirma don Ramón Menéndez Pidal que "lo indígena popular está siempre como base de toda la producción literaria de un país", y que "la sutileza de un estudio penetrante hallará lo popular casi siempre, aun en el fondo de las obras de arte más personal y refinado" (1). 

Por eso he creído que podrá tener algún valor para los estudios acerca de la poesía popular la investigación folklórica que he llevado a cabo recogiendo de la tradición oral directamente el texto literario que se canta en la fiesta religiosa que con el nombre de la "Folía de la Barquera" se conserva a la hora de ahora en San Vicente de la Barquera, histórica villa, una de las cuatro denominadas de la Costa del Mar de Cantabria y que tuvo brillo y extraordinario relieve en pretéritos días, pero que hogaño, cubierta y arrebozada entre cendales de niebla montesina y como adormida al son del mar, ofrece al curioso viajero que la visita las venerables ruinas de casonas y blasones, los viejos muros destartalados o destruidas y desmoronadas viviendas. 

Algunos escritores que han tratado de la Folía de la Barquera. 

Don Felipe Pedrell en su Cancionero Musical Popular Español (t. I, pág. 101) habla de esa fiesta religiosa denominada la Folía pero dice que sólo posee dos fragmentos folklóricos de esa peregrinación, no recordando nada de la descripción que años hacía le comunicara acerca de tal fiesta un aficionado al folklore montañés. Menciona después las procesiones o peregrinaciones en alta mar, de la Virgen del Carmen, en Bilbao, y la de Santa Cristina, en Lloret de Mar (Cataluña), el día de sus festividades respectivas, afirmando

(1) Ramón Menéndez Pidal: Estudios literarios. (Madrid, 1920, pág. 256).

que no tienen texto musical y literario folklórico, como la de la Folía de la Barquera. En la parte dedicada a ejemplificación publica en dicho Cancionero tres fragmentos, que en cuanto al texto literario son únicamente doce versos. 

Varios otros escritores han hablado de esta festividad religiosa, pero en ninguno de los trabajos que he visto aparece más que alguna mera referencia a las letras que se cantan en ella, al hacer la descripción de la misma, y que son calificadas por el Sr. Sainz de los Terreros  de antiguos villancicos (1). 

Parece, sin duda, que nuestros historiadores han echado en olvido que poesías y leyendas, cantos y tradiciones populares, danzas, costumbres y juegos, manifestaciones todas de la vida del pueblo dicen mucho y tienen un alto valor cuando se trata de reconstruir su constitución interna, el alma y los más hondos sentimientos de las pasadas generaciones, y que reflejan mejor y con más pureza y realismo el ambiente de viejos días unas sencillas coplas populares que muchas páginas de historia y antiguas crónicas. 

La ermita de la Virgen de la Barquera. 

La descripción de la ermita de la Virgen de la Barquera, en cuyo honor se celebra esta fiesta marinera por excelencia y dedicada por el Cabildo de Mareantes a honrar a su Patrona, la encontramos en unos viejos papeles. 

(1) Conozco los siguientes libros y artículos que tratan de la Folía:

Fabraquer, Conde de: "Imágenes de la Virgen María aparecidas en España".

Sáinz de los Terreros, Manuel: "Breve reseña de los santuarios marianos en la provincia de Santander." Madrid, 1906.

Campo Echevarria, Antonio: "Guía de la provincia de Santander". Santander 1912. Se publicó con el pseudónimo "UN CURIOSO", pero según se dice en el periódico La Atalaya, 2 de agosto de 1912, es su autor el citado señor del Campo.

Palencia, Juan: "A la Folía de San Vicente de la Barquera". Artículo publicado en el Diario Montañés, 24 de marzo de 1923.

Gutiérrez de Gandarilla, J.: "San Vicente de la Barquera". (La Folía). Artículo publicado en El Diario Montañés, 5 de abril de 1923.

Martínez, Fausto: "La fiesta de la Folía en San Vicente de la Barquera". El Cantábrico, 8 de abril de 1923.

Palencia, Juan: "La Folía de la Barquera". El Diario Montañés, 10 de abril de 1913.

Con el título "La Semana Santa y la fiesta de la Folía en San Vicente de la Barquera" apareció en El Diario Montañés, 20 de mayo de 1924, una interesante descripción, firmada por Errot, anagrama, acaso, de Torre. 

"La ermita de Nuestra Señora de la Barquera está al Nornordeste de la villa, de la otra parte de la ría, sobre todo el canal que esta recibe del mar bravo y no a mucha distancia de su barra. 

Su fundación es inmemorial, y su templo es de una nave capaz y muy proporcionada, con un camarín tras del altar mayor que sirve a un mismo tiempo de sacristía, y es bella pieza. Está bastantemente decente y surtida de buenos ornamentos y alhajas. Tiene hospedería con las correspondientes oficinas y salas y dormitorios, desembarazado todo e independiente de la habitación del ermitaño, que vive allí de continuo, cuida del aseo del templo y luminaria de la Virgen y recoge sus limosnas. 

La festividad de esta Señora se celebra las vísperas y día de su Natividad, por el Cabildo Eclesiástico de los Beneficiados, con asistencia del Ayuntamiento, de casi todo el pueblo y del mucho gentío que de todos estos contornos viene allí de romería" (1). 

En esta descripción de la ermita de Nuestra Señora de la Barquera nada se dice de la Folía ni se menciona otra fiesta que la que se celebra en la Natividad de la Virgen. 

Lo mismo acontece en la Historia de la villa que dejó escrita D. Juan del Corro y de la Sierra, en la que se dice: "A la entrada del puerto de esta villa se halla el célebre Santuario de Nuestra Señora de la Barquera, cuya capilla es famosa y en ella se celebra todos los años el día 8 de setiembre una función de iglesia que es muy concurrida por la gente de todo el contorno. Dicho santuario está situado como a unos 800 pasos al Norte de esta villa, en un sitio muy delicioso y tiene buena casa, que la habita un ermitaño, pero la principal se comenzó a reedificar el año de 1834, cuya obra está paralizada, y el dinero destinado para ella está detenido sin objeto conocido. Tiene, además, huerta de hortaliza, viñedo, tierras de maíz y prados. 

A este santuario se puede ir por mar desde el pueblo. 

(1) Descripción de la villa de San Vicente de la Barquera. (Manuscrito, sig. 8.7.40; de la Biblioteca Municipal de Santander. Col. de E. de la Pedraja).  

En dicho día 8 de setiembre se celebra en esta villa, por la tarde, una de las mejores romerías del país" (1). 

Don Pedro de Madrazo, en la carta que con el título "Recuerdos de San Vicente de la Barquera", y dirigida a D. Leopoldo Augusto de Cueto, publicó en La Ilustración Española y Americana (junio de 1875), se lamentaba de haber registrado en balde muchas páginas de los libros que tratan de nuestra historia regional buscando noticias y relaciones de la fundación de este célebre santuario, sí como las tradiciones que a él sin duda van unidas, pero para nada menciona la festividad religiosa a que hago referencia y que lleva el nombre de la Folía de la Barquera. 


La fiesta de la Folía. 


Tiene lugar esta festividad religiosa el tercer día de Pascua de Resurrección. Desde la ermita o santuario, que, como queda dicho, está en la entrada del puerto, y que es donde se venera todo el año, es llevada la Virgen de la Barquera, la tarde del sábado de Gloria, cubierta con manto de soledad y de dolor, procesionalmente por tierra, a la iglesia parroquial de Nuestra Señora de los Angeles, en donde permanece hasta el martes de Pascua. 

En la mañana del domingo de Resurrección sale en la procesión del encuentro con su divino y glorioso Hijo resucitado. Después del encuentro con la imagen del Nazareno es conducida de nuevo a la iglesia parroquial, quedando en ella hasta el martes de Pascua. Este día, por la tarde, las Autoridades, el Cabildo de Mareantes y todo el pueblo la acompañan en solemne procesión hasta el embarcadero, para ser llevada por el mar a su retirado santuario de la barra. En el muelle, nueve engalanadas jóvenes, con trajes de marineras, y al son de sus panderetas con adornos, cantan unos picayos de marcadísimo sabor religioso. 

(1) Historia de la Villa de San Vicente de la Barquera por D. Juan del Corro y de la Sierra. 1847. (Ms. de la Biblioteca Municipal. Col. de E. de la Pedraja.

Colócase después la Virgen en una lancha o vapora, engalanada artísticamente y con primor de flores, follaje y banderolas y a la cual rodean y siguen otras embarcaciones, adornadas también. Todas se ponen en marcha al unísono canto de miles de voces, entre el estruendo de los cohetes que surcan el aire. Continúa la solemne y alegre procesión marítima su marcha por la derecha de la ría, saliendo por la barra del Este y dando vuelta a la peña o isla rocosa, vuelve después por la barra del Oeste, y, al fin, ya frente a la ermita, atracan las embarcaciones y es sacada la Virgen a tierra, en donde sigue el entusiasmo y devoción mientras es conducida a su ermita, en la que concluye la festividad religiosa, entonándose cantos de súplicas fervientes, en los que piden devotamente el auxilio y protección constantes a su excelsa Patrona la Virgen de la Barquera, de la que se despiden con el himno cuya última estrofa dice así: 

Adiós, Virgen,

dueña de mi alma,

cariño y encanto

de mi infancia, adiós;

bien tú sabes

que aunque de ti me alejo

a tus plantas dejo

mi vida y mi amor.

 

Las letras que se cantan en dicha fiesta.

 

Durante varios años he recogido los cantos que se entonan en la fiesta religiosa de la Folía y he podido conocer de ese modo el texto literario que cabe considerar como constante y tradicional, y cual otro ha de tenerse como meramente circunstancial y que refleja el motivo especial y variable a que deben su origen. 

En los años de la gran guerra mundial, por ejemplo, se hicieron estas coplas, que se añadían a lo demás que se cantaba tradicionalmente: 

Por la Europa te pedimos

que a tu Hijo has de rogar

que se termine la guerra

y vuelva a reinar la paz.

 

Aunque España se conserva

firme en su neutralidad

tocamos las consecuencias

de esa guerra tan fatal.

 

Con lágrimas en los ojos,

con el corazón y el alma

te lo piden hoy tus hijas,

no desoigas sus plegarias. 

Otro motivos y circunstancias dan lugar a que se compongan cada año algunas otras coplas que se mezclan con las tradicionales y se cantan con la misma música que éstas, pero que, generalmente, carecen de belleza y de interés poético, prescindiendo por eso de ellas ahora, como igualmente prescindo de publicar, por tratarse de poesía culta y no popular, en el sentido que conviene tomar estos vocablos en esta ocasión, la "Salve Marinera" dedicada a la Virgen. 

Virgen Santa, Virgen pura,

dulce y templado lucero

del infeliz marinero

que tus pies llega a besar... 


y el himno que también se canta en esta festividad y cuyas primeras estrofas dicen así:

 

Marineros, cantad a María

en la Pascua de Resurrección

celebrando de alegro folía

el retorno a su antigua mansión.

 

Tiende al viento, marino, tus velas,

no temas del fondo las olas surcar,

que hoy tu nave rige la Barquera

y es ella la reina y estrella del mar... 

Ya pone Lope de Vega en La Dorotea, en boca de Marfisa, "que los poetas tienen versos a dos luces, como los cantores villancicos, que con poco que les muden sirven a muchas fiestas", lo cual puede asimismo observarse en algunos de los cantos que se entonan en la fiesta de la Folía, que tuvieron sin duda en su origen distinto objeto, pero que el pueblo, que los acogió y los hizo suyos, los acomoda a las circunstancias especiales en que los emplea, haciendo en ocasiones que una copla de un cantar profano se cambie y trueque en canción a lo divino, lo que se podrá ver en algunos de los versos que van a continuación. 

El texto literario de la Folía de la Barquera que se puede considerar como más interesante, por ser tradicional y repetirse todos los años, a la vez que por su belleza y valor estético, y que publico aquí para que no desaparezca al influjo de nuevas canciones o de variantes y refundiciones posteriores, es el que se canta en el muelle antes de embarcar y mientras se hace la procesión marítima. 

Desde el año 1918 he venido recogiendo estos cantos, unas veces directamente y en alguna ocasión por medio de mi amigo el doctísimo sacerdote D. Federico Fernández Sierra en el tiempo que egerció las funciones propias de su cargo en la histórica villa de San Vicente. 

Doy las dos versiones que más se diferencian de las varias recogidas, poniendo primero la más completa y que fué recogida el año 1918, y después publico únicamente las coplas que ofrecen alguna variante de otra versión que recogí el año 1924. 

La primera va numerada, llevando el número I el texto que se canta en el muelle, y el II el que se canta durante la procesión marítima; éste, que sin duda es más bello e interesante, ofrece rasgos de marcado sabor de poesía vieja y popular, y que puede servir, en parte, como demostración de la persistencia en la tradición oral de antiguas canciones líricas populares. 

I 

EN EL MUELLE (RECIBIMIENTO) 

1  ¡Oh qué será este reflejo

   que aquí nos viene a alumbrar!

   es la Reina de los cielos

   que la vamos a encontrar.

 

2  Salimos a recibiros

   todas llenas de alegría

   porque, Madre, en esta tarde

   te llevamos de folía.

 

3   Lágrimas de regocijo

   de nuestros ojos resbalan

   porque tú eres la alegría

   de los que, humildes, te aclaman.

 

4   Rosa entre las rosas bella

   vistes tan divino encanto

   que todos nos acogemos

   bajo tu sagrado manto.

 

5   Eres el sueño adorado

   de los hijos de esta tierra,

   el amor de los amores,

   encanto de esta ribera.

 

6   Permite, madre adorada,

   que estas jóvenes doncellas

   eleven a ti sus cantos

   hoy al son de estas panderas.

 

7   Virgen, Estrella del mar,

   amparo del navegante,

   tiende tu mano amorosa

   del naufragio en el instante. 

 

8   ¡Cuán felices son, oh Madre,

   los desterrados de Eva

   que llegan hoy a tus plantas

   y afanosos te contemplan!

 

9   Cuando el marino en el mar

   su plegaria a ti elevare

   socórrelos, oh María,

   no olvides que sois su Madre.

 

10  Cuando a ti te imploraren

    en la borrasca bravía,

    no olvides que son los hijos

    de tu predilecta villa.

 

11 Dadnos gracia, gran Señora,

para que te acompañemos;

coged, marinos la Virgen

y para el muelle marchemos.

 

12 ¡Oh Virgen de la Barquera,

todo mi amor y alegría!

ya no quiero deteneros,

marchemos ya de folía.

 

13 Venid, Lirio de los prados,

y Rosa de los rosales,

que te pareces al sol

cuando por oriente sale.

 

14 De todos pueblos y aldeas

se apresuran a llegar

¡oh Virgen de la Barquera!

para veros embarcar.

 

15 Nuestros dignos sacerdotes

te vienen a acompañar,

dígnate tú, cariñosa,

sus plegarias escuchar. 

 

16 Hasta toda la Justicia

camina ya tras de ti;

hoy ¡oh quién, amada Madre,

no querrá contigo ir!

 

17 Cuando el mar enfurecido

hundirles quiera en sus ondas,

sus madres en tu capilla

te piden misericordia.

 

18 Con lágrimas en los ojos,

con el corazón y el alma

te lo piden hoy tus hijas,

no desoigas sus plegarias.

 

19 Humildes ya nos postramos

a tus plantas, Virgen santa;

acógenos tú, Paloma,

defiéndenos con tus alas.

 

20 Tierna Madre, dulce encanto

oh Virgen de la Barquera,

tus devotas te saludan,

bendita mil veces seas.

 

21 Delante de tu presencia,

oh Madre del corazón,

están ya tus pobres hijas

recitando su canción.

 

22 Cándida, pura y lozana,

nos presentas a tu Hijo

el tercer día de Pascua

con el mayor regocijo.

 

23 Recibe nuestros aplausos,

oh Virgen de la Barquera;

de nuevo te saludamos,

bendita mil veces seas. 

 

24 Eres el astro divino

cuando da más resplandor;

guíanos, Virgen María,

a puerto de salvación.

 

25 Acuérdate de la hora

en que te nombró Jesús

nuestra Madre protectora

desde el árbol de la cruz.

 

26 Cuando el marino en el mar

a ti su plegaria eleva,

el enfermo en sus dolores

tu recuerdo le consuela. 

 

       II

 

POR EL MAR

 

1   Atraca, marinero,

atraca al muelle,

que la Virgen María

embarcar quiere.

 

2   Atraca, marinero,

atraca a tierra,

para llevar la Virgen

a la Barquera.

 

3   Atraca, marinero,

más a la orilla,

para llevar a la Virgen

a su capilla.

 

4   Parten del Ribero

galeras nuevas

que de verde seda

llevan las velas. 

 

5   Una campana se siente,

¿qué campanita será?

¡Si será de tu capilla,

que anuncia que vamos ya!

 

6   Al capitán se le encarga

cuidado con el gobierno,

para que con solemnidad

esta fiesta celebremos.

 

7   Rompa las aguas veloz

por la proa mi barquilla,

rompiendo también el fuego

por mar y tierra a porfía.

 

8   En la mar planté un clavel,

ahora le voy a coger;

un clavelito encarnado,

ahora le traigo en la mano.

 

9   Cuando tus marinos salen

por la mañana a la mar,

con una Salve ¡oh María!

te saludan al pasar.

 

10  Cuando se hallan en la playa,

allí, con fe y devoción,

te suplican que los vuelvas

a puerto de salvación.

 

11   Surcando las verdes aguas

y dando vuelta a la Peña

voy al mar,

vuelta a la Peña he de dar.

 

12   Mira la Peña, morena,

mírala, que yo véola;

voy al mar,

vuelta a la Peña he de dar. 

 

13   Alza la capa de seda

que la arrastra por el mar;

álzasela ¡ay Señora!

¡mal haya el mar!

 

14   Cruzando las verdes olas

y dando vuelta a la Peña,

di vista al sable Merón

y ahora voy a la Barquera.

 

15   Un viva con los cohetes,

que por aquí no hay dolores;

el que los tenga que gima,

remar, remar, remadores.

 

16   Eres el astro divino

cuando da más resplandor,

guíanos, Virgen María,

a puerto de salvación.

 

17   Saliendo a la mar navegando

salióme el viento al contrario,

llevóme el sombrero que llevaba,

llevómele al reino de Granada;

llevóme el sombrero que traía

llevómele al reino de Sevilla.

 

18   En el barco vi a la niña,

¡juro a mí!

sí que en el barco la vi.

 

19   En la mano una naranja,

cuchillo con que cortarla;

¡juro a mi!

sí que en el barco la vi.

 

20   Os pedimos un refresco

que sea de punta a cabo,

que así lo merece hoy

la gente de nuestro bando.

 

21   Ya tomamos el refresco

y nos vamos a la ría,

todas a una cantamos:

¡viva, viva la Folía!  

VARIANTES QUE HAY EN LA VERSIÓN RECOGIDA EN 1924 

 

1   ¿Qué es aquello que relumbra

entre aquella muchedumbre?

la Virgen, que nos espera

en el sitio de costumbre.

 

2   Salimos a recibiros,

dulce Jesús y María;

con cuánto placer y gozo

celebramos este día.

 

3   Los marinos de esta villa

cuando salen a la mar,

con una Salve, oh María,

te saludan al pasar.

 

4   Cuando se hallan en el mar,

allí, con fe y devoción,

te suplican que les vuelvas

a puerto de salvación.

 

5   Cuando vienen de regreso,

por tu capilla al pasar,

todos, en acción de gracias,

te vuelven a saludar.

 

6   Oh Virgen de la Barquera,

aunque estás en un retiro,

tus verdaderos devotos

no te tienen en olvido. 

 

7   Tienes, María, en el cielo

un trono cerca de Dios,

y aquí tienes otro trono

sobre nuestro corazón.

 

8   Ya nos vamos acercando

a tus pies, Virgen sagrada,

para ir a acompañarte

y llevarte a tu morada.

 

9   Humildes, ya nos postramos

a tus plantas, Virgen santa;

acógenos tú, Paloma,

defiéndenos con tus alas.

 

10  Permite, Madre adorada,

que estas jóvenes doncellas

eleven a ti sus cantos;

no apartes los ojos de ellas.

 

11  Oh Jesús, bendita sea

tu sacra resurrección,

por la que se nos prepara

una eterna salvación.

 

12  Inmensa fué la alegría

que inundó tu corazón,

al mirar resucitado

la primera al Salvador.

 

13  Acuérdate de tus hijos

que se hallan lejos de ti;

¡Oh cuántos en este día

quisieran estar aquí!

 

14  Por ellos a Dios rogamos,

hermosa Virgen María,

y por todos los que vienen

en tu dulce compañía. 

 

15  Ocho marinos, Señora,

te conducen a tu altar

y confían que algún día

a tu lado han de reinar.

 

16  En la lanchilla Montojo

la Virgen se ha de embarcar

y gozaremos con ella

de folía por el mar.

 

17  Protege, Virgen María,

a los que con fe te ruegan

y a todos los forasteros

que hoy a visitarte llegan.

 

18  Atracar ya, marineros,

porque del cielo la, Reina

va a pasear por la ría

y gozaremos con ella.

 

19  Marineros, atracar

con viveza esa lanchilla

para ir a acompañar

a María a su capilla.

 

20  Saliendo a la mar navegando

saliérame el viento al contrario;

saliendo a la mar de esta villa

saliérame el viento a la orilla.

 

21  Dame la mano, marino,

que quiero desembarcar

para salir del navío,

para salir de la mar.

 

22  Dame la mano, marino,

saca la Virgen del mar,

que si la Virgen se pierde

la vida te va a costar. 


Relación con otros cantares populares.

 

Unicamente pretendo iniciar aquí, con unas breves notas al texto literario de la Folía de la Barquera, dado anteriormente, una demostración de la permanencia y conservación actualmente en la tradición oral del pueblo, en esta provincia de Santander, de algunos vislumbres y reflejos del oro de viejas canciones y coplillas que figuran en antiguos cancioneros o en la misma tradición oral de otras provincias; no dudando que podrán aumentarse tales analogías y relaciones por la abundancia de los materiales que nos ofrecen cancioneros y cartapacios literarios, pliegos sueltos y libros de nuestros vihuelistas y colectores de música o demás colecciones de poesías cultas, semicultas y populares. 

El maestro Gonzalo de Correas, en su Arte grande de la lengua castellana, libro publicado por primera vez por el Sr. Conde de la Viñaza, nos habla de seguidillas viejas y folías, entendiendo con este último nombre "coplillas sueltas que no pasaban de cuatro versillos, y las que se quedaban en menos, como cabezas de cantares"; aunque añade más adelante: "otros tienen por propias Folías las que se componen de cuatro versos iguales de a ocho sílabas, y las que adrede disparan adefesios; mas ¿por qué no lo han de ser las coplas desiguales de tres y cuatro versos, de más y menos sílabas, dispuestas a cantar con guitarra, sonajas y pandero, que hacen perfecto sentido y andan solas?" (1). 

Entre los varios ejemplos de seguidillas viejas y folías pone en dicho obra el siguiente: 

Toda va de verde

la mi galera;

toda va de verde

de dentro a fuera. 

Estos versos me traen a la memoria una de las coplas de la folía, con la cual creo que tiene alguna relación, aunque acaso nacida de la igualdad de la asonancia y de la semejanza rítmica de ambas: 

"Parten del Ribero

galeras nuevas,

que de verde seda

llevan las velas". 

Y esa analogía entre ambas coplas me parece, sin duda, mayor que la que acaso pudiera encontrar alguno en aquella que se lee en Lope de Vega: 

Río de Sevilla,

¡cuán bien pareces

con galeras blancas

y remos verdes! (2)

(1) Gonzalo de Correas: "Arte grande de la lengua castellana..." Madrid, 1903, pág. 275 y 282.

(2) Lope de Vega: "Lo cierto por lo dudoso" (Obras de Lope pub. por la R.A. Española, t. IX, Madrid, 1899.


En el romancillo picaresco de Rodrigo de Reinosa que empieza: 

"A la chinigala

la gala chinela... 

se leen estos dos versos: 

Parten de Sanlúcar

el de Barrameda... 

Pero la más estrecha relación con la copla de la Folía a que me refiero, nos las ofrecen los Cartapacios literarios salmantinos del siglo XVI, que han sido publicados por D. Ramón Menéndez Pidal en El Boletín de la Real Academia Española (1). En el cartapacio que lleva el número V, al folio 239 se lee: 

"Salen de Sevilla

barquetes nuevos;

de una verde aya

llevan los remos". 

Y estos mismos versos los encontramos también en uno de los romanceros impresos en Valencia, de 1594 a 1598, y de los que se ha ocupado el Sr. Foulche-Delbosc en su trabajo Les romancerrillos de Pise (2). Van como glosa de una composición poética en esta forma: 

Salen de Sevilla barquetes nuevos,

que de verde aya llevan los remos.

Por el río abaxo

se va mi contento

navega sin viento

mirad qué trabajo;

no le hallo atajo,

ni le hallaremos:

que de verde aya llevan los remos". 

Bajo el título "Seguidillas del Guadalquivir" la reproduce el señor Montesinos en el tomo 68 de Clásicos Castellanos: Lope de Vega, "Poesías líricas..."; pero en el último verso escribe: "y ramos verdes".

(1) Año 1914, vol. I, pág. 311.

(2) Revue Hispanique, octubre, 1925, pág. 160.

El mismo Gonzalo de Correas, que he citado anteriormente, en su Vocabulario de refranes y frases proverbiales (1), apunta estos dos versos, que habían pasado a refrán o dicho proverbial: 

-Echa la capa, galán.

-Señora, mal haya el mal. 

que nos traen a la memoria aquella copla de la Folía: 

Alza la capa de seda

que la arrastra por el mar,

álzasela ¡ay Señora!

¡mal haya el mar! 

Don Bartolomé José Gallardo, en su Ensayo de una biblioteca española de libros raros y curiosos, describe un manuscrito anónimo de principios del siglo XVI (2) y cita unas coplillas que empiezan: 

"En el campo la galana

¡juri a mí!

en el campo la ví..." 

En el texto literario de la Folía que hemos recogido en San Vicente de la Barquera se canta: 

En el barco vi a la niña,

¡juro a mí!

sí que en el barco la vi.

En Sr. Rodríguez Marín, en su colección de Cantos populares españoles (3) nos da esta copla: 

¿Qué es aquello que reluce

por cima del Sacramento?

Será la Virgen María

que va por agua a los cielos.

 (1) Madrid, 1905, pág. 140.

(2) Tomo I, pág. 610.

(3) Tomo IV, pág. 144.

y que podemos comparar con la primera del texto de la Folía de la versión recogida en 1924. 

Especial analogía con la Salea de Llanes. 

Puede considerarse como obra rara y de particular interés, por eso, en nuestra bibliografía montañesa, el almanaque de 1865, para utilidad y recreo de las dos provincias de Oviedo y Santander", que se publicó en Lugo en 1864, encabezado con el título "LAS DOS ASTURIAS". Por lo cual juzgo que es muy poco conocido, y desde luego de muy difícil consulta, el texto que en dicho Almanaque se publica, y que se canta en la alegre y pintoresca Salea de Llanes, fiesta marítima de nuestros viejos puertos del Cantábrico. 

No intento describir ahora esta fiesta ni estudiar tampoco los cantos que en ella se entonan y que se conservan actualmente, conforme han sido recogidos de la tradición oral por mi distinguido amigo D. José María de Cossío; pues ello ha de ser el tema de un interesante trabajo de tan erudito investigador y literato. Basta a mi propósito traer aquí únicamente el texto que en el Almanaque a que he hecho referencia fué publicado por El Bardo del Sella, para que unido así a los cantares de la Folía de la Barquera pueda estudiarse fácilmente la relación entre ambos, y observarse las grandes analogías y, a las veces, completa identidad que nos ofrecen; al mismo tiempo que contribuyo, aunque con humilde labor, a que sea conocida y puesta a la mano una bella y muy encantadora página de poesía popular que pocos podrían leer en las olvidadas hojas del viejo y muy raro libro en que se dió a las prensas. 

Doy el texto en la misma forma que se halla en el mencionado "Almanaque", añadiendo únicamente la numeración de las coplas.

 

1   Prevenid, pues la falúa,

mostrando brío en remar;

que casadas y solteras

ya se llegan  a embarcar.

 

2   Marineros remadores

y capitanes bizarros,

dadnos con grande alegría

la mano para embarcarnos.

 

PARA LA MAR

 

3   Rómpanse las verdes aguas

con gallarda bizarría,

rompiendo también el fuego

por mar y tierra a porfía.

 

PARA LA FUENTE

 

4   Al capitán se le encarga

cuidado con el gobierno,

porque la gente de mar

no pase algún detrimento.

 

PARA LA MAR

 

5   Una salva duplicada

la irección de la iroprima,

que por aquí no hay dolores,

quien los tuviere que gima.

 

PARA LA FUENTE

 

6   Tiradores, manejad

las armas con gran cordura;

pero, cuidado, no ofendan

la gente de la falúa.

 

PARA LA MAR

 

7   Murmúreme ya la envidia

y censúreme entre dientes;

que el oro que está quemado

sale más resplandeciente.

 

PARA LA FUENTE

 

8   Aligera los remos,

marinerito,

que el cansancio se quita

con un traguito.

  

PARA LA MAR

 

9   Por la ribera

va una galera:

de fina seda

es su bandera.

 

PARA LA FUENTE

 

10   Vengo de la mar,

marinero;

vengo de la mar,

mareada vengo.

 

PARA LA MAR

 

11   Saliendo a la mar,

navegando,

saliérame el viento

al contrario.

 

PARA LA FUENTE

 

12   Vengo de la mar

de las pescadas;

mareadita vengo

de las galanas.

  

PARA LA MAR

 

13   Dirigid la falúa,

mis capitanes;

diciendo todos: "¡viva

villa de Llanes!"

 

PARA LA FUENTE

 

14   Corre por el castillo

fuerte:

vamos por el agua

a la fuente.

 

PARA LA MAR

 

Vengo de la fuente

clara;

tengo aquí la flor

de gala.

 

PARA LA FUENTE

 

16   En la mar

planté un clavelar;

ahora le vengo

de cortar.

 

PARA LA MAR

 

17   -¿Dónde venireis,

galana?

-De coger la retama.

 

PARA LA FUENTE

 

18   En la mar

planté un limonal;

ahora le vengo

de cortar.

 

PARA LA MAR

 

19   La ensebada

lleva la gala;

claveles por

el agua.

 

PARA LA FUENTE

 

20   De la mar vengo

señoras;

traigo aquí tres blancas

palomas.

 

PARA LA MAR

 

21   Navega, hermosa falúa,

que llevas gente de honor;

con la popa vas diciendo

que adentro llevas la flor.

 

PARA LA FUENTE

 

22   El capitán y su gente,

digo, la tripulación,

es la gente más lucida

en la salea de hoy.

 

PARA LA MAR

 

23   Las mujeres, por su parte,

que andan en esta función,

son a cual más muy honradas

y sin hacerlas favor.

 

PARA LA FUENTE

 

24   El sabio gobierno viva

con sus tropas y familia,

y también digamos todos

Isabel II (1) viva.

 (1) Esto parece varía según los reinados.

  

PARA LA MAR

 

25   En este barco

tan galán

lindos remadores

van.

 

PARA LA FUENTE

 

26   Pedimos el refresco,

que sea de punto alzado,

como lo merecen todos

la gente de nuestro bando.

 

EN LA RÍA

 

27   Ya cogimos el refresco

y nos vamos a la ría,

todos a una voz diciendo:

¡Viva la salea, viva!

 

PARA LA MAR

 

28   Dígame el barquero,

cuerpo gallardo,

doncellas honradas,

cuántas pasan el vado;

 

29   tres de las casadas,

de las solteras cuatro,

si la mejor de ellas

se cayera en el vado.

 

PARA LA FUENTE

 

30   ¡Ay! marinero,

sácame del agua;

no muera yo

de muerte tan amarga.

 

31   Marineros remadores

y capitanes bizarros,

dadnos, con grande alegría

al desembarcar, la mano.

 

32   Entraste en mi barca,

linda morenita,

fuera de mi barca,

linda morena.

 

33   Los danzadores honrados

que se vayan acercando

para preparar los arcos

para ir a nuestro bando.

 

Como puede observarse fácilmente tienen muy grande analogía las coplas que se cantan en la Folía de la Barquera, mientras va la procesión, y que he incluído en el número II, y estas otras de la fiesta marítima de la Salea de Llanes; semejanza y analogía que se pone de relieve comparando en particular y concretamente las siguientes coplas de ambos textos: 

Copla  4 de la Folía (núm. II) con la  9  de la Salea.

    "      6                                        4

    "      7                                        3

    "      8                                    16 y 18  

    "     15                                       5

    "     17                                      11

    "     20                                      26

    "     21                                      27

 

Acaso las versiones del texto de la Salea, recogidas posteriormente a la que he publicado, den motivo a relacionar entre sí las demás coplas de ambas fiestas, lo que acontecerá tal vez también con distintas canciones y coplillas del pueblo, devotas unas veces y amorosas o vueltas a lo divino en ocasiones que viven todavía en la tradición oral con su antiguo sabor de viejos días y el vigoroso perfume de flor campestre, y que es preciso recoger como bellas manifestaciones de la lírica popular española. 

Tomás Maza Solano.